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En ocasiones me desbordo

La sobrecarga es tan grande.
La responsabilidad es enorme.
El cansancio es extremo.
La frustración es constante
La culpa es inevitable.

Y me desbordo.

Entonces ahí me detengo por un segundo. Dejo de actuar. Intento frenar mis sentimientos y mis impulsos. Intento ser más racional.

Y observo.

Observo todo lo que me haga salir de ese lugar de furia y enojo, y me lleve a ver su fragilidad.

Observo sus manitas pequeñas. Su naricita. Su estatura de apenas un metro. O menos.
Observo sus ojitos atentos y brillosos. Esperando mi reacción.

Y me doy cuenta por millonésima vez, que soy YO la persona adulta. Que YO soy la guía. Que YO soy la responsable de enseñar a manejar las emociones. De mostrar el camino que YO misma creo correcto, el que YO quiero promover, el que YO exijo en ell@s.

Entonces en esa milésima de segundo pienso detalladamente qué es realmente lo que estoy haciendo.

¿Lo que estoy por hacer vale la pena?

¿Lo que estoy por hacer qué enseña?

¿Lo que estoy por hacer va a funcionar?

¿Lo que estoy por hacer qué consecuencias puede traer?

Y ahí recuerdo que YO soy el la persona adulta.
Mi cerebro ya está desarrollado y yo puedo controlar mis emociones.

Recuerdo que es responsabilidad del adult@ poder controlar las reacciones impulsivas. Mirarse hacia adentro. Y frenar todo lo que no sea saludable. Lo que pueda dañar ese vínculo con su cría. Lo que pueda entorpecer su desarrollo emocional.

Es responsabilidad del adult@ mantenerse emocionalmente san@s para estar a la altura de la tarea, para poder sostener a otr@s pequeñ@s seres human@s que absorben como esponjas, que nos aman, nos miran, nos creen, nos copian. Que esperan, merecen, y necesitan calma, ser tratad@s con amor, paciencia y respeto.

¿Cómo manejas tus desbordes?

¿Tenés apoyo suficiente que te sostenga a vos?

Tu comentario es muy importante 💜

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